Urumaco es de esos proyectos donde comienzas a estudiar una tecnología y poco a poco te involucras en algo más grande. Además es un desarrollo al que le he tomado cariño. No está ni cerca de estar terminado por muchas razones: la primera es tiempo pues siempre cerrar un año de trabajo es complicado, más aun con una lista de pendientes tan nutrida; otra razón son los datos, y de esto comentaré un poco.
Pero antes, ¿Qué es Urumaco? bueno, pretende ser un visualizador cartográfico, orientado principalmente a un propósito educativo pero con opción a que pueda ser utilizado en otros ámbitos. Para ello parte de algunas premisas; cargar capas de información a partir de una lista fija almacenada en forma local, que permita enfocar el programa en los datos que se desean incorporar y quitando a la aplicación de la necesidad de conexión para acceder a los mismos; las operaciones básicas de navegación dentro del mapa como lo son acercar, alejar, mover; consulta a la base de datos de las capas seleccionadas con una herramienta de información; y finalmente un componente de modificación de la simbología del mapa.
Para ello el uso de las bibliotecas de programación de Quantum GIS son de gran apoyo, aun cuando la documentación no sea muy abundante. Tal vez en el proceso de generar esta aplicación surja algún tutorial de cómo hacer una aplicación de mapas con libqgis (C++) o con PyQGIS (Python), dependerá del tiempo que se tenga disponible. Hasta acá no hay mayor problema pues las limitantes son internas al producto programado. La otra cara de la moneda son las limitantes correspondientes a factores no definidos por el proyecto sino por insumos de terceros y en este sentido la información cartográfica es un tema interesante de explorar.
Especialmente en las aplicaciones geográficas (georeferenciadas o cartográficas según sea la jerga que prefiera) la relevancia del dato es crucial, pues el mejor sistema sin datos es un cascarón vacío. Esto es un poco lo que ha pasado: el proyecto sucitó interés dentro del equipo de Canaima Educativo y ello conllevó a parte de su equipo a tramitar frente al Instituto Geográfico de Venenezuela “Simón Bolivar” un grupo de datos para este programa y allí comienzan algunos quebraderos de cabezas. Un aspecto han sido los datos, pues al menos en Venezuela contrasta de forma resaltante los temas respecto a la libertad del software con la mezquindad y reserva con que se manejan los datos. No haré de esta publicación un decálogo de problemas relacionados con la obtención de datos, sino un apartado para que se comprenda su dificultad. En principio se solicitó los datos para incorporar al programa, formato vectorial de la división política territorial del país, vías, ríos, etcétera. Lo recibido en aquella ocasión fue en resumen un mapa en formato imagen (específicamente en formato JPEG) de un mapa de Venezuela. Obviamente no se comprendió lo que se pidió. Posteriormente, se volvió a solicitar la información y la respuesta fue que sería despachado “en formato WMS”, pero el Web Map Service es un formato de servicio de datos vía web que rompe con la premisa de almacenamiento local.
Seguidamente al tercer intento llegaron los datos, no mentiré al decir que al recibirlos tuve mis reservas basadas en las entregas anteriores, pero una vez revisados y cargados en Quantum GIS los datos brillaron. Un pequeño set de datos ya estaba en manos del proyecto. Pero, si.. aparentemente siempre hay un pero, no entregaron las condiciones de uso. Es especialmente delicado este tema, pues a falta de una política clara y transparente respecto al dato, y por ser recibidos no como la norma sino como una excepción, entonces pregunté por la licencia con la cual puedo usar los datos. No había tal, no habían condiciones de uso, pero lo que si estuvo muy claro es que no podía hacer públicos los datos (un ejemplo que considero interesante de justamente lo contrario es GeoGratis de Canadá). Luego de una llamada telefónica explicando que no puedo hacer un programa que almacene los datos localmente sin hacer públicos los datos, como decimos en criollo, lancé la bola a la cancha del IGVSB y Canaima Educativo. Afortunadamente esto está conllevando a un convenio, según tengo entendido, entre el IGVSB y el Proyecto Canaima Educativo (con el Centro Nacional de Tecnologías de Información y el Ministerio de Educación), lo que permitirá allanar el camino a acceder a los datos aunque probablemente no tan libremente como se aspirara, habrá que esperar a ver.
Otro aspecto es que yo no represento, no pertenezco, ni he sido contratado, ni he recibido donaciones, ni retribución por alguna por parte de los entes que han manifestado interés en el proyecto. Esto lo digo en varios sentidos, esta sigue siendo una iniciativa personal e independiente que desarrollo, por lo que el acceso a la información se hace un poco más engorrosa, pues como externo debo valerme de comunicaciones y solicitudes a veces hasta a 3 o 4 niveles de distancia de comunicación, lo que igualmente me lleva a ser muy cauto en utilización de la información que se me facilita exigiendo comunicaciones por escrito donde se me ceda a modo personal los recursos (datos, equipos, etc). Por otro lado la iniciativa y los comentarios que de ella surjan o no necesariamente reflejan la posición oficial u opinión de los entes del estado que se han nombrado, ha habido acercamientos no oficiales para tratar el asunto del desarrollo desde dentro de la perspectiva de las Canaimitas, más a modo de buenas intensiones que otra cosa. Finalmente, debido a que es una iniciativa personal, debo desarrollarla en los espacios y tiempo que tenga disponibles fuera de mis horas laborales, por lo que eventualmente no podré ajustarme a cronogramas y a entregas que puedan necesitarse dentro de los lanzamientos Canaima Educativo. Sería interesante concretar algún modo de financiamiento para este proyecto, pero las diligencias en ese sentido no han sido exitosas.
El próximo artículo sobre Urumaco seguramente tendrá más componentes técnicos y algunos pantallazos. Hasta la próxima..