Durante mi visita al Estado Sucre tuve la oportunidad de compartir con un grupo de jóvenes entusiastas de la sede Cariaco de la Universidad Politécnica Territorial del Oeste de Sucre “Clodosbaldo Rusián” (en adelante la llamaré UPTOS-CR para simplificar), que preguntaron cómo iniciar una comunidad de software libre. Durante esa visita el tiempo voló, literalmente hablamos de miles de cosas, desde la instalación de GNU/Linux, hasta estrategias para alcanzar objetivos, pasando incluso por los problemas de salud comunes para el mundo geek.
Así que, bueno, de alguna manera me siento aun en deuda con ellos, más aun cuando durante esa visita me contagiaron ese afán, mística y dedicación por hacer mucho más con lo poco que se tiene.
Entonces, ¿Cómo se inicia una comunidad? Francamente no tengo una receta, a lo sumo puedo contarles mi experiencia y ponerla a su disposición. No es una guía definitiva, más bien la receta de cómo iniciaría un nuevo proyecto. Por eso lo he llamado “Comunidades Tecnológicas - 101”.
¿Qué hace una comunidad tecnológica?
En general el fin de las comunidades tecnológicas, sean o no consciente de ello es el empoderamiento tecnológico. En otras palabras, tomar una tecnología, estudiarla, apropiarse de ella y expandirla de algún modo que funcione mejor para los objetivos del grupo. Ahora bien, queda implícito que como es un desarrollo humano compartido deben establecerse mecanismos de comunicación que permitan la sinergia de las personas que componen el equipo.
Hay comunidades que giran alrededor de un área del conocimiento, por ejemplo: bases de datos, geomática, Big Data, NoSQL, etc. Otras se centran alrededor de un objeto práctico específico, puede ser un lenguaje de programación, un programa o un grupo de programas, o sistema operativo. Este último grupo de comunidades suelen ser más populares por cuanto sirven como bases de conocimiento para la resolución de problemas, potenciales fuentes de ofertas de empleo, potenciales fuentes de profesionales formados en un área, y en definitiva un lugar donde compartir un grupo de personas con intereses comunes.
Para efectos prácticos se puede decir entonces que generalmente una comunidad tecnológica hace varias tareas en torno a un tema de interés de un grupo. Entre ellas se cuentan; compartir experiencias mediante mecanismos digitales o presenciales, investigar aspectos específicos dentro del tema de interés, difusión de novedades, iniciativas u otros conocimientos, invitar a participar a otras personas e identificar posibles “expertos” dispuestos a compartir sus conocimientos e ideas.
¿Cómo se inicia una comunidad?
La palabra clave es iniciativa, las razones que dan pié al desarrollo de una comunidad son muchas pero sin duda que si falta la iniciativa y algo de liderazgo natural, no es posible que un grupo se consolide. La iniciativa va atada a un fin o tema de interés, y de allí cuando consigan 2 o 3 personas interesadas en lo mismo que los demás tendrán potencialmente una comunidad en gestación. Ahora bien, las comunidades tecnológicas son algo más complejas que hacer una vaca (una colecta) para comprar una caja de cerveza, tienen como fin un hecho o aspecto tecnológico y toda tecnología en si misma es vasta. Conviene entonces comenzar a organizarse en torno a unos aspectos y poco a poco ampliar el espectro de acción.
Operativamente una de las cosas que es necesario que se establezcan mecanismos no presenciales que aseguren la comunicación, así como posibilidad de promoción y expansión del grupo. En ese sentido la presencia en la web es excelente para esto. Algunas alternativas clásicas son las listas de correo en los grupos de google, yahoo o coactivate, blogs, páginas, repositorios y cuentas en servicios públicos como wordpress, tumblr, blogger, github, bitbucket, twitter, identi.ca, instagram, facebook, G+ y tantos otros recursos gratuitos para organizarse. El cómo y donde organizarse será de la forma que sea más adecuada para cada grupo. En algunos casos podrán decidir contratar un servicio de hosting, eso está bien, pero hay que tener en cuenta que el manejo de dinero puede ser siempre una fuente de problemas.
Aquí una acotación, he visto que muchas veces que se delegan instrumentos de comunidades en las infraestructuras de instituciones públicas o académicas, lamentablemente la experiencia ha sido mala en estos casos debido a que la mayoría de las veces no son iniciativas de estas organizaciones sino de particulares dentro de las mismas, de modo que una vez que estos particulares cambian de idea, son movidos de sus puestos o cambian de empleo las comunidades se ven afectadas.
Finalmente en este punto, es importante establecer los mecanismos de encuentro. Particularmente aunque me gustan las reuniones presenciales, he conseguido que mi agenda a veces me hace imposible participar de muchas de ellas. Por ello, si no es posible coordinar reuniones en persona, bastará con establecer acuerdos y cumplirlos desde una lista de correos u otro medio.
¿Cómo se mantiene una comunidad?
Es una pregunta difícil, es casi como que te pregunten el secreto de la felicidad. Si me lo preguntan creo que es una combinación de perseverancia, perseverancia y algo de suerte. Sin embargo aquí prefiero ceder la palabra a mi buen amigo Israel Fermín, quien se tomó la molestia de hacer una presentación sobre su experiencia y concuerdo mucho con su punto de vista.
Palabras finales
Quizás mis palabras serían que una comunidad se construye y mantiene por unos ideales, el respeto y la buena fe. A veces tocará liderar, otras veces seguir, pero siempre en comunidad se deberá apoyar y en los momentos en que haga falta hacer los llamados de atención y alertas para evitar extraviar el objetivo.
Así que a mis amigos de la UPTOS-CR, aquí mis 2 centavos. Espero saber muy pronto de ustedes.